5 mayo, 2024

Estoy emocionada por acercarme al top100

Jessica Bouzas levantó este fin de semana su primer título WTA, torneo que la catapulta a las puertas del top100 y le permite revelar los fantasmas del pasado. Una entrevista para entender el difícil camino hasta el éxito.

Lo que hoy es pura felicidad, hace tres meses fueron dudas, ansiedad y ganas de dejarlo todo. Jessica Bouzas (Villagarcía de Arosa, 2002) nunca había pasado por un momento así, a su espalda empujaba con fuerza la ansiedad de tener 21 años y esperar grandes resultados, hasta que una persona lo cambió todo. Roberto Ortega (Madrid, 1991), el hombre que venía entrenándola en los últimos meses, le pidió solo tres cosas: paciencia, trabajo y una nueva mentalidad. Tres meses después, la gallega acumula tres títulos y cuatro finales en 2024, confirmando su despegue emocional.

La mejora es evidente, el esfuerzo también. “Ha sido una semana muy intensa, no ha sido fácil”, reconoce Bouzas a Punto de Break tras levantar este domingo su primer título WTA 125K. “En primera ronda el viento fue una locura, me costó un poco arrancar, ese fue el peor día. Luego el tiempo mejoró muchísimo, estábamos todas las jugadoras muy cómodas, pero de nuevo en segunda ronda un duelo muy complicado ante Leyre (Romero). Lo bonito que tenemos es que somos amigas y, ganara quien ganara, íbamos a estar contentas. En tercera ronda saqué un set y 5-2 abajo, lo vimos realmente crudo. La clave en todo el torneo ha sido no rendirse, así fui cogiendo sensaciones hasta llegar a la final”, capitula la actual número 104º del ranking mundial.

Jessica Bouzas en Antalya.

 

“Ganar un WTA 125K es algo que tengo que asimilar. Ya había hecho algunos cuartos de final en eventos de esta categoría, pero nunca había superado esa barrera. Verme ahora con el título de campeona es algo que tengo que digerir, sé que tengo el nivel, así que estoy súper contenta”, reconoce tras superar esta semana a rivales de la talla de Panna Udvardy, Polina Kudermetova, Simona Waltert o Irina-Camelia Begu en la final. Con un balance de 22-5 antes de arrancar el mes de abril, Jessica es consciente del buen momento que está viviendo, pero tampoco olvida las malas experiencias vividas a finales de la temporada pasada.

“El año ha empezado muy bien, pero hay mucho trabajo detrás. El final de 2023 fue duro para mí, estaba pasando por un mal momento, no era capaz de competir al 100%, ni siquiera disfrutaba. Todo mi equipo estuvo conmigo, apoyándome y aportándome esa tranquilidad de no estar buscando resultados. Acabé el año, me fui a mi casa un par de días y a la vuelta ya estaba totalmente enfocada en la pretemporada. Ahí empecé a coger confianza en mi juego, aunque el punto de inflexión fue perder en la Qualy del Open de Australia, ahí algo en mi cabeza hizo clic. No es que ahora esté entrenando mejor, eso ya lo venía haciendo, pero ese choque de realidad me hizo despertar. A partir de ahí todo ha ido hacia arriba, aunque mi día a día sigue siendo igual”, asegura la española.

Su victoria en la final de Antalya refuerza la idea de que Bouzas ya está preparada para competir en otros niveles, aunque allí tampoco estará sola. En la grada, esperándola con una sonrisa, aparece el abrazo de Roberto Ortega para felicitarla por el triunfo. Un porcentaje de responsabilidad de este éxito reside en las labores como técnico del madrileño, retirado a finales de 2021 y enfrascado de inmediato en su nueva aventura como entrenador.

Roberto Ortega y Jessica Bouzas en Antalya.

 

“Solo tengo palabras buenas hacia él”, señala Bouzas con gratitud. “A final de año yo estaba en una mala época, me sentía mal, creía que tenía que ganar muchas cosas, pero Rober me entendió desde el primer momento, me trató con muchísima comunicación y sin exigirme nunca un resultado. Nunca me habla de títulos o de ranking, nunca me mete prisa, así que me aporta muchísima tranquilidad, aunque a la hora de trabajar sí es exigente. Es una persona que me acompaña y me comprende, ahí estuvo la clave para cambiarlo todo. Sé que a él le gusta tirar balones fuera, quiere que la protagonista sea yo y dice que no ha hecho nada para ganar tantos partidos, pero la realidad es que gracias a la tranquilidad que me aporta estoy siendo capaz de desarrollar mi mejor tenis”, expresa la tenista de 21 años.

RUMBO AL TOP100… ¿Y LOS JJ.OO.?

Son casi sesenta posiciones las que saltado Jessica en estos tres meses de temporada, pasando de estar #159 del mundo a quedarse a tan solo cuatro escalones de instalase entre las cien mejores. “Estoy a las puertas, pero voy día a día, el ranking solo es un número donde estás siempre yendo hacia arriba y hacia abajo. Lo importante es dar lo mejor de ti a diario, eso es lo que busco. Ha sido muy complicado llegar hasta aquí, pero también lo fue llegar al top200 o al top150, el tenis es así para todas las jugadoras. Estoy emocionada por estar cerca de meterme entre las cien mejores del mundo, al final es el sueño de cualquier niña que empieza a jugar a este deporte”, reconoce ilusionada la gallega.

Lo que quizá no esperaba era verse interviniendo en la batalla del tenis español por sacar un billete para los próximos Juegos Olímpicos de París. ¿Veremos a Bouzas este verano por París? Todavía queda mucho tiempo y muchos puntos por ganar, así que ella prefiere tomar este reto con la mayor calma posible. “La verdad es que no pienso en ello”, asiente. “Si viene porque estoy jugando bien y tengo la oportunidad de estar allí, pues fenomenal. Y si no viene, pues pasa nada. No nos volvemos locos con el ranking, ni Rober ni yo prestamos atención a esas cosas, de hecho, preferimos no saberlo (risas). Queremos seguir haciendo las cosas bien: si llega, sería cumplir un sueño, y si no llega pues seguiremos peleando y luchando por estar allí algún día”, concluye.

Jessica Bouzas posa con su trofeo en Antalya.

 

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