«Nos sorprende como se gestionan las estaciones de esquí en Francia»

Desde 1962 la revista Ski Area Management sale cada dos meses con el objetivo de reflejar el estado actual de la industria profesional ligada a la economía de las estaciones de esquí. A lo largo de estos más de 60 años se ha convertido en un referente con subscriptores que, más alla de los Estados Unidos y Canadá, se encuentran en países como Australia y Nueva Zelanda en Oceanías, Japón y Corea del Sur en Asia, Chile y Argentina en Sudamérica, además de una docena de regiones de Europa.

A mediados de febrero, SAM Magazine formó parte de una pequeña delegación de responsables de estaciones de esquí de Estados Unidos que visitó los Alpes franceses en un «viaje de innovación a la montaña» organizado por Cluster Montagne, una asociación que representa y promueve la parte técnica y profesional del sector del esquí en Francia a la vez que el desarrollo sostenible del turismo de montaña.

Durante cinco días, hubo reuniones con responsables y directivos del sector del esquí francés, tanto de remontes como proveedores, y volvieron a casa con una mejor comprensión de los retos y oportunidades que comparten ambas entidades, así como de las diferencias en el funcionamiento de las estaciones de esquí de Estados Unidos frente a las de Francia.

Según cuenta SAM Magazine, su grupo estaba formado por:

• Katie Ertl, vicepresidenta senior de operaciones de montaña de Aspen Snowmass (Colorado);
• Guy Lawrence, director general de Summit at Snoqualmie (Washington);
• Nate Lee, vicepresidente de operaciones de estaciones de esquí de Solitude (Utah);
• Brad Wilson, director general de Bogus Basin (Idaho); y

Junto a ellos, Dave Meeker, redactor jefe de SAM y el guía de de Cluster Montagne fue Benoit Robert, con gran notoriedad en el sector de la nieve de  Francia.

He aquí algunas de las enseñanzas y observaciones del grupo sobre la industria francesa del esquí.

Estructura empresarial diferente

La legislación francesa establece que los remontes son un servicio público, por lo que el alcalde del municipio situado en la base de una estación de esquí supervisa dicha estación. En la mayoría de los casos, los alcaldes optan por delegar la gestión de la estación en una empresa privada (como la Compagnie des Alpes, que gestiona 10 grandes estaciones en Francia), pero, según la legislación francesa, los alcaldes siguen teniendo la última palabra sobre las inversiones, como la ubicación y el tipo de nuevas instalaciones de remontes y el precio de los forfaits. Esto significa que la política forma parte inherente de la industria francesa del esquí.

Tanto si es el ayuntamiento como una empresa privada quien explota la estación de esquí, la mayor parte de la responsabilidad se limita a los remontes, la preparación de la nieve, la innivación y la vigilancia y seguridad.

Las actividades auxiliares son independientes. Los establecimientos de alojamiento, restauración, alquiler y venta al por menor son independientes. Funcionan en la estación, pero no tienen ninguna relación directa -financiera o de otro tipo- con el negocio de la estación de esquí.

Lo mismo ocurre con las escuelas de esquí y snowboard. En Francia hay varias escuelas de esquí y snowboard independientes que tienen acuerdos para operar en varias estaciones. Estas empresas no pagan por utilizar el terreno de las estaciones, ni comparten la carga financiera de la innivación, la preparación o el funcionamiento de los remontes, pero los operadores de las estaciones suelen mantener zonas de aprendizaje especiales para su uso.

Precios y costes

Según Laurent Reynaud, director general de Domaines Skiables de France (el equivalente francés a nuestra Atudem o la NSAA de Estados Unidos-Canadá), Francia tiene los precios de los forfaits más bajos del mundo: una media de sólo 45 euros al día. Esto es a la vez motivo de orgullo y preocupación entre los agentes del sector.

Los alcaldes quieren que el esquí siga siendo asequible y no quieren subir los precios demasiado deprisa, por miedo a perder negocio. Pero los precios no siguen el ritmo de los costes. El de la electricidad se ha cuadruplicado desde antes de Covid debido a diversos factores, entre ellos la guerra de Ucrania. Además, ahora comprar un nuevo telesilla o telecabina cuesta un 36% más que antes de Covid, y las estaciones de esquí francesas instalan una media de 60 remontes  nuevos al año en todo el país.

Clima y sostenibilidad

En el momento de la visita, los Alpes franceses estaban experimentando uno de sus años de menos nieve en mucho tiempo. El terreno situado a más de 1.500 metros de altitud estaba totalmente cubierto, pero algunas estaciones de esquí situadas a menor altitud habían cerrado debido a la falta de nieve y a las condiciones de innivación.

La propia industria es bastante sensible a la necesidad de adaptarse al cambio climático y operar de forma más sostenible. Pero sus esfuerzos en este sentido no se han publicitado eficazmente. Según Reynaud, más del 80% de los franceses tienen una opinión positiva del esquí, pero también piensan que este tipo de turismo/deporte desaparecerá pronto debido al cambio climático y que la industria del esquí es perjudicial para el medio ambiente.

«Hay que admitir que [los operadores franceses] tienen margen de crecimiento en el uso de las relaciones públicas para comunicar lo que hacen para combatir las emisiones de CO2 y la educación de las comunidades y organismos que están en contra del esquí como actividad recreativa»

«La sostenibilidad es un tema muy importante, y es comprensible, ya que el calentamiento global se está produciendo a un ritmo más rápido y evidente en Europa. Pero también se enfrentan a una gran presión política y pública, ya que la percepción general es que son grandes contribuyentes al cambio climático».

  Guy Lawrence (Summit at Snoqualmie)

 

Medidas proactivas.

Domaines Skiables de France y otras organizaciones del sector están llevando a cabo campañas centradas en promover los esfuerzos de sostenibilidad de la industria del esquí en un intento de cambiar la percepción pública.

Y hay muchas armas de relaciones públicas para combatir esa percepción. El sector se unió para elaborar una hoja de ruta medioambiental con varios objetivos y compromisos de sostenibilidad, entre los que se incluye que las estaciones de esquí francesas alcancen la neutralidad de carbono en 2037 a través de varios esfuerzos, como inversiones en producción de energía in situ, principalmente energía hidroeléctrica de acumulación por bombeo.

La Compagnie des Alpes también utiliza ahora combustible sintético HVO100 en sus 130 máquinas pisapistas.

«Lo que más me llamó la atención fue lo avanzados que están en materia de sostenibilidad: es increíble que todas las motos de nieve funcionen con una fuente de energía reciclada».

Tecnología

Todos los miembros del grupo tomaron nota de las diversas tecnologías implantadas en las estaciones que visitaron, especialmente los remontes. Telecabinas de varias plazas, grandes sillas con hasta 8 asientos, teleféricos, funiculares… el transporte único cuesta arriba es una especialidad de las estaciones de esquí francesas.

«La tecnología y la infraestructura de los remontes es asombrosa en comparación con Estados Unidos»

Guy Lawrence (Summit at Snoqualmie)

«La cantidad y variedad de sus sistemas de remontes es asombrosa»

 Brad Wilson (Bogus Basin)

«le sorprendió el tamaño de su infraestructura de remontes; era muy raro ver una silla más pequeña que un six pack».

 

Acceso a remontes.

Aunque los remontes eran impresionantes, el acceso era una experiencia diferente a la de Estados Unidos. Todas las estaciones francesas utilizan RFID para acceder a los remontes, pero las colas eran un caos, algo que nunca ocurriría en las estaciones de esquí estadounidenses.

«Un operador en la base de cada remonte y la falta de organización de las colas hacían que la experiencia fuera interesante. La falta de organización afectaba negativamente a su capacidad para maximizar las subidas y aumentaba la longitud de las colas».

Brad Wilson (Bogus Basin)

 

Señalización.

Otras implementaciones tecnológicas estaban más orientadas a facilitar la experiencia de los clientes. Por ejemplo, Ertl tomó nota de la señalización digital que predominaba en los complejos.

«Aprecio los mapas digitales en la mayoría de las estaciones, que facilitan ver qué está abierto y dónde. También me gustaron los paneles digitales sobre las entradas de los remontes, que no son nuevos, pero sí útiles».

Interés de los mega forfaits

La afluencia a las estaciones de esquí francesas se ha mantenido estable en los últimos años, en torno a los 55 millones de esquiadores al año. El descenso de la participación de los jóvenes es motivo de gran preocupación. Los agentes del sector buscan soluciones.

La delegación americana realizó una presentación sobre el sector del esquí en Estados Unidos ante una sala repleta de operadores de estaciones de esquí, cargos electos, proveedores y prensa. Aceptaron preguntas durante toda la presentación, y el tema de mayor interés fue el de sus productos de forfait de temporada multipropiedad, como Epic e Ikon.

¿Por qué? Ven las noticias sobre la saturación de las estaciones de esquí estadounidenses y que el sector registró un récord de visitas de esquiadores en 2021-22. Ven lo populares que son allí los pases de temporada y se preguntan si es una opción para ellos. Sólo entre el 10 y el 15% de las visitas de esquiadores en Francia son de pases de temporada, en comparación con el 53% en Estados Unidos.

Desde el punto de vista francés, es difícil entender por qué aumentan las visitas a Estados Unidos, dado el astronómico coste de esquiar en Norteamérica. Aunque la ecuación es complicada, la mayoría de las grandes estaciones estadounidenses cobran precios de entrada diarios astronómicos para que el desembolso inicial de un pase de temporada resulte más rentable para los clientes que planean (o esperan) esquiar varias veces por temporada.

¿Un modelo viable? ¿Podrían los megasobreservas estimular las visitas en Francia? Las fuerzas dominantes pueden impedir el desarrollo de este tipo de productos. Unos forfaits baratos y una tecnología potente que facilita la reserva de entradas por Internet hacen menos necesario el abono de temporada, y los enredos políticos que intervienen en la toma de decisiones de cada estación podrían ser difíciles de resolver.

Otras conclusiones

El buen après ski en Francia.

Locales como La Folie Douce (en siete estaciones), donde la música está a todo volumen y la gente baila sobre mesas con botas de esquí (el material de las pesadillas de los gestores de riesgos estadounidenses), son divertidos y añaden otro elemento a la experiencia global. Estos espacios de après tienen un ambiente festivo, pero también había muchas familias disfrutando. Las estaciones de esquí de Estados Unidos podrían hacer algo parecido si sus visitantes lo requieren.

Utilización creativa del espacio.

Les Arcs encargó a una empresa la creación de una «exposición digital» inmersiva dentro del edificio de almacenamiento de cabinas en la parte superior de su telecabina Varet. El suelo y las paredes cobran vida con proyecciones digitales de alta definición acompañadas de un sonido nítido que te lleva a través de las estaciones. El acceso estará incluido en el precio del forfait del próximo invierno. Es un buen ejemplo de cómo aprovechar un espacio desaprovechado para mejorar la experiencia global de la visita.

Les Arcs también ha construido un pequeño pero completo museo de historia natural dentro de un edificio situado justo al lado de su principal zona de aprendizaje. Esta experiencia gratuita es como un zoo, con animales autóctonos taxidermizados en su entorno natural y elementos educativos interactivos para niños. Los profesores de esquí aprovechan los descansos para llevar a sus alumnos al museo, y a los niños les encanta. «Otra mejora de la experiencia que podrían aplicar las estaciones de esquí estadounidenses» escribe la revista Sam Magazine

Podemos aprender unos de otros.

A pesar de las diferencias operativas, las estaciones de esquí estadounidenses y francesas comparten algunos de los mismos retos, como el cambio climático, la dotación de personal y su alojamiento, el envejecimiento de la población y otros. SAM Magazine concluye la experiencia asegurando que