Las chamas sin goles, sin defensa y sin Mundial
CARACAS.- Las guerreras de la sub-20 llegaron a Ecuador con una preparación física impecable y la chapa del “ADN ganador”, lo cual las ponían como candidatas, junto a Brasil, a sacar un boleto para el Mundial de Francia. En el campo la historia fue otra y la generación de Deyna Castellanos se quedó con la manos vacías.
La salida de Kenneth Zseremeta y la llegada de José Catoya significó un cambio de estilo: menos pelotazo, más toque. La idea de juego se asimiló, pero no dio frutos. En la fase de grupos fueron compactas y vistosas, pero cero efectivas. En el cuadrangular llegó la debacle, con las grietas en la defensa.
Debutaron generando 20 ocasiones ante una Paraguay sin su máxima figura (Jéssica Martínez), marcando una sola y recibiendo tres. Contra las cuerdas salieron a buscar todo o nada ante Brasil con pelotazos, una brazada de ahogado. El resultado fue una manito “Canarinha” y el fin del sueño mundialista.
El fútbol es simple: gana el que hace más goles. Venezuela tuvo más posesión, pero la cantidad de goles errados fue dramática. Deyna Castellanos y Daniuska Rodríguez estuvieron arropadas de marca, que ni retrasándose y yendo a la banda tuvieron tiempo de pensar. El pelotazo a Deyna fue un recurso de oro en el sub-17, pero con las centrales sub-20 (mucho más curtidas y preparadas) fue carbón.
Sin gol y sin defensa, ya sea con pelotazos o posesión, el resultado siempre será sin Mundial, no hay preparación, experiencia o “ADN ganador” que valga.
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