¿Qué le pasa a Iga Swiatek? Momento de crisis para la polaca

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Seguro que muchos se han preguntado hoy, sábado 10 de mayo, qué le pasa a Iga Swiatek. No es para menos. Después de un final de año un tanto convulso, por su positivo y posterior sanción de un mes, y con un comienzo de 2025 sin terminar de romper, la tierra batida parecía llegar como salvavidas en medio del océano para la polaca. Su superficie favorita. Donde podría revertir la situación que estaba viviendo. Y un mes después, la cosa no solo no ha mejorado, sino que ha ido a peor.
Swiatek pasó por la gira de tierra de 2024 como huracán por poblado: arrasando con todo. 22 partidos, 21 victorias y solo una derrota. Tres títulos seguidos (Madrid, Roma y Roland Garros). Nada hacía presagiar que la polaca se iba a plantar este año en París con solo seis victorias en nueve encuentros. Sin títulos ni finales. De hecho, Iga completará en junio un año completo sin pisar una final. Algo totalmente impropio para una de las grandes dominadoras del circuito en los últimos cuatro años. Algo le pasa, eso es obvio.
La semana pasada en Polonia, la prensa hablaba de un problema familiar y personal, tras su derrota en Madrid. Concretamente, varios medios sacaron a la luz que el abuelo de Swiatek había fallecido, y que la tenista había tenido que ir al funeral en los días previos a su participación en España. Puede que eso explique que, mentalmente, parece en otro lugar, o que las cosas no estén del todo bien para ella. Un asunto así puede ser algo que explique su mal momento actual, pero la cosa con Iga es que sus resultados no terminan de llegar desde hace tiempo.
Después de Roland Garros, el año pasado, la polaca entró en un pequeño bucle de derrotas que pudieron minar su moral. Tercera ronda en Wimbledon, ante Putintseva. Sorprendente, aquella. La de las semifinales de los JJOO, impidiéndole el oro, tuvo que dolerle un poco más de la cuenta. Desde ahí, semis en Cincinnati ante Sabalenka, cuartos en el US Open ante Pegula (clara, además), y luego, dos meses sin competir, para quedarse en la fase de grupos de las WTA Finals.
La sanción de un mes, a finales de 2024, puede que fuera la puntilla a nivel mental para una Swiatek que acusó ese asunto que le colocó en el centro de la diana de muchas críticas a nivel internacional, con un extra de presión que se cargó a raíz de eso. Su paso por lo que llevamos de 2025 nos deja una Iga de más a menos, sin pisar ninguna final todavía, y mostrando su peor cara en la gira de tierra, justo cuando todos esperaban que resurgiera.
Por eso, si se preguntan qué le pasa a Iga Swiatek, la respuesta puede ser “muchas cosas”. Es una mezcla de diversas situaciones, que puede que le hayan colocado en un lugar complicado a nivel mental y con un momento difícil de digerir. En un deporte tan mental como el tenis, cualquier situación extra de presión o inestabilidad fuera de la pista, repercute dentro de ella. La falta de resultados, su situación personal y la pérdida de consistencia en su juego, han provocado su caída.
Buscando algo nuevo, Swiatek prescindió de medio equipo en los últimos meses, el mismo que le llevó a ganar cinco Grand Slams. Una decisión que fue difícil de entender, por aquel entonces, y que, viendo el estado en el que se encuentra su tenis actualmente, no ha dado sus frutos. Wim Fissette, su nuevo técnico, no parece haber dado con la tecla en la cabeza de una Iga que se viene abajo en el Ranking, y saldrá del Top 3 por primera vez en tres años.
De esta manera, Swiatek se plantará en Roland Garros como Número 4 del mundo, sumida en una profunda crisis de resultados y a nivel tenístico, y con la presión extra de la que sabe que tiene encima todos los focos, por ser la campeona defensora y porque saben que esa es su última bala para volver a engancharse al circuito.
Habiendo acallado los rumores que hablaban de tomarse un par de meses fuera de desconexión, si las cosas no iban bien en Roma y París, puede que eso hable de lo que envuelve ahora mismo a Swiatek: incertidumbre, misterio y dudas, muchas dudas. Lo que está claro es que algo pasa con Iga. Alguno ya es capaz de restarle favoritismo en Roland Garros. Por su momento actual, tiene sentido. Por historia reciente, no tanto. En un mes veremos si la herida se cura o termina por hacerse más grande.