Hace más de 50 años EEUU prohibió los vuelos supersónicos para proteger a la población. Trump se ha cargado esa normativa para que EEUU tenga su Concorde antes que China

Entre las muchas batallas que tuvieron Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría estuvo la lucha por tener el primer avión comercial supersónico. Una normativa de la Administración Federal de Aviación de EEUU acabó de un plumazo con el sueño estadounidense porque prohibió los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra en 1973.
Más de medio siglo después, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha suspendido temporalmente esta normativa, dejando la puerta abierta a que empresas privadas, como Boom Supersonic, desarrollen aviones supersónicos comerciales. Ahora, EEUU libra la guerra por tener un avión comercial supersónico con China.
Puerta abierta a un antes y un después en la industria de la aviación
En los años 60, en plena Guerra Fría, Estados Unidos quería adelantar a Europa y a la Unión Soviética en la carrera de la aviación comercial supersónica. Estados Unidos contaba con la tecnología necesaria para tener su propio avión comercial supersónico porque Boeing, Lockheed y North American, es decir, las principales compañías americanas de la industria de la aviación, desarrollaron proyectos para plantar cara al Concorde europeo y al Túpolev Tu-144 soviético, pero una normativa acabó de un plumazo con el sueño de la aviación supersónica americana.
El Gobierno estadounidense llevó a cabo un experimento para demostrar que las explosiones sónicas que producen los aviones supersónicos cuando rompen la barrera del sonido no son nocivas para la población. Durante varias semanas, el ejército sobrevoló la ciudad de Oklahoma City rompiendo la barrera del sonido ocho veces al día. Lógicamente, el experimento fue un fracaso porque el ruido era muy molesto para la gente, la fauna e incluso para las infraestructuras.

La ‘Operación Bongo II’, que es como se llamó el experimentó, llevó a que los vuelos supersónicos se prohibieran sobre Estados Unidos en 1973. Esta normativa acabó directamente con el sueño del avión supersónico comercial estadounidense y afectó mucho al Concorde europeo, que terminó desapareciendo en 2003 si haber logrado nunca ser rentable.
Desde entonces, la idea de los vuelos supersónicos comerciales ha estado en barbecho, hasta ahora. La empresa estadounidense Boom Supersonic está desarrollando un avión supersónico con la promesa de que no producirá una explosión sónica en tierra. La idea es que este avión, llamado Oberture, rompa la barrera del sonido a una altitud que permita que las ondas de sonido se refracten en la atmósfere y se curven hacia arriba para que nadie pueda escuchar el denominado boom sónico en tierra.
Boom Supersonic ya ha llevado a cabo pruebas con éxito y ahora el proyecto acaba de recibir un empujón gracias a Donald Trump. El Presidente de Estados Unidos acaba de firmar una orden ejecutiva para levantar la prohibición de vuelos supersónicos comerciales sobre tierra en el país de las barras y las estrellas.
Breaking the sound barrier, again. Today, @realDonaldTrump issued an executive order that effectively lifts the 52-year ban on civil supersonic flight over land in the U.S. It directs the FAA to repeal the supersonic speed limit as long as aircraft don’t produce an audible sonic… pic.twitter.com/4jQeCRcpwt
— Boom Supersonic (@boomaero) June 6, 2025
“Durante más de cincuenta años, regulaciones anticuadas y excesivamente restrictivas han puesto en tierra la promesa de un vuelo supersónico, sofocando el ingenio estadounidense y debilitando nuestra competitividad global en la aviación”, dice La Casa Blanca.
“Los avances en ingeniería aeroespacial, ciencia de materiales y reducción de ruido ahora hacen que el vuelo supersónico no sólo sea posible, sino seguro, sostenible y comercialmente viable”, añade La Casa Blanca. “Al eliminar las barreras regulatorias de décadas y promover la tecnología supersónica de vanguardia, el presidente Trump está haciendo grande la aviación de nuevo”.
De esta forma, la prohibición se levanta durante 180 días. Si Boom Supersonic aprovecha bien el tiempo, sería suficiente para que su Oberture establezca un nuevo estándar de ruido para los aviones supersónicos comerciales. Si ese estándar de ruido es razonable, la prohibición de los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra podría derogarse definitivamente. El CEO de Boom Supersonic, Blake Scholl, ha celebrado la suspensión temporal de esta normativa en su cuenta de X (antes Twitter).
Supersonic is back, baby!
On January 28th, Geppetto broke the sound barrier aboard the first privately-developed supersonic jet.
And today…@realDonaldTrump broke the sound barrier…permanently!In 1973, a ban was placed on supersonic flight over the US. It was supposed to… pic.twitter.com/OcVqWhIKAv
— Blake Scholl 🛫 (@bscholl) June 6, 2025
Teóricamente, la tecnología que utiliza el Oberture y su capacidad para hacer rebotar el boom supersónico y que no llegue a tierra lo sitúan técnicamente muy por encima de los aviones supersónicos que desarrolló Estados Unidos en los años 60, y también del Concorde y del Túpolev Tu-144.
Ahora, la guerra de los vuelos comerciales supersónicos es con China y Estados Unidos es consciente de que hay mucho dinero en juego, de hecho, las aerolíneas United Airlines y American Airlines ya han hecho pedidos del Oberture a Boom Supersonic, a pesar de que el avión todavía no se ha presentado su versión de producción.
Lo que está claro es que este cambio de normativa puede marcar un punto de inflexión para la industria de la aviación porque abre la puerta a que los vuelos comerciales supersónicos por fin sean viables en todos los sentidos, a diferencia de lo que pasó en el siglo XX.
Imágenes | Boom Supersonic