12 mayo, 2025

el software de sus remontes ya no sirve

el software de sus remontes ya no sirve

La industria del esquí en Rusia también ha tenido que adaptarse a marchas forzadas a la  salida de las empresas occidentales del país tras la invasión de Ucrania. No solo fabricantes de equipamiento, sino también las que vendían máquinas pisapistas y remontes. Aunque en un principio parecía que empresas chinas iban a aprovechar la situación como ha pasado en la automoción, finalmente el Gobierno ruso ha puesto muchas dificultades con el objetivo de que se creara un sector nacional.

Así, los activos de empresas como la suiza Bartholet (ahora en manos de Leitner y la que más presencia tenia en Rusia) fueron vendidas a empresarios locales, que han seguido desarrollando nuevos remontes. Una de ellas es РУСЛЕТ (Ruslet CCL), que de hecho ya era socio de Bartholet.  El año pasado presentaron su primer telecabina. Otra compañía que también es ТверьКанатДор (TverKanatDor LLC), con sede en Moscú.

El mercado del turismo de invierno en Rusia es uno de los que más está creciendo actualmente en el mundo. Con grandes dificultades para poder ir a esquiar a Europa, los aficionados se quedan en el país, lo que está beneficiando mucho a la estaciones de esquí rusas. Muchas están ampliando dominio esquiables, capacidad hotelera, y están apareciendo nuevas por muchas partes del país.

Todas estas ya se equipan con remontes de Ruslet principalmente, y algunas otras con los de TverKanatDor. Y por tanto ya con software nacional. Pero en el país quedan cientos de remontes que se han ido montando durante todas estos años. Aunque en la época de la Unión Soviética estos aparatos se los fabricaban ellos, la calidad era tan mala que apenas han sobrevivido. Además de que apenas había un puñado de estaciones de esquí. 

De momento la cantidad de telesillas y remontes montados por estas dos empresas rusas es ínfimo. Aunque ahora ya todos los nuevos son 100% nacionales, se calcula que aproximadamente el 90% de los remontes en Rusia siguen trabajando con software extranjero. Solo un 10% incorporan un programa nacional porque es nuevo o porque se ha podido hacer la transición a uno doméstico. Pero hay que tener en cuenta que no fue hasta el año pasado que se montó el primer telecabina 100% ruso.

Así como con la industria de la automoción y otros grandes sectores, las empresas occidentales hicieron un periodo de transición durante el proceso de venta para que se pudiese continuar con la fabricación, en el de los remontes, según Dmitry Sidorovich, CEO de Ruslet, estas compañías prácticamente huyeron del país.  Si esto propició que las instalaciones y activos pasaran prácticamente gratis a sus socios, por otra no hubo ese periodo de transición, con lo que se ha tenido que desarrollar un software doméstico desde cero y adaptado a unos remontes ajenos,

«Después de marzo de 2022, los fabricantes europeos de teleféricos comenzaron a abandonar el mercado ruso. Cuando llegaron las primeras sanciones, simplemente huyeron, abandonaron sus equipos, sin ningún período de transición ni de venta. Como resultado, hoy en día muchas estaciones de esquí en Rusia operan con infraestructuras que no reciben mantenimiento ni soporte de los fabricantes, y tienen que instalar piezas fabricadas por empresas locales que no han tenido mucho control y su uso está empezando a ser peligroso».

Los sistemas de control automatizados para remontes por cable requieren una actualización cada uno a tres años, según Sidorovich. En el caso de la mayoría de los telecabinas instalados en Rusia, el software no se ha actualizado desde 2022. “Por lo tanto, en un futuro próximo, estos equipos comenzarán a fallar”, concluyó.

De hecho el CEO de Ruslet asegura que este invierno un telesilla se quedó parado durante 40 minutos porque el sistema de emergencia no pudo ponerse en marcha porque tenía un fallo en el software europeo y no tenían la actualización.

Según un decreto del Gobierno de Rusia, a partir del 1 de septiembre de 2025, todos los sistemas de transporte por cable del país (y ahí se incluye tanto los que están en estaciones de esquí como urbanos y turísticos) deben tener implantado un software doméstico. Empresas como Ruslet está trabajando activamente en esto, pero reconocen que es materialmente imposible llegar a la fecha, y que esa transición puede comportar incluso años.

Ruslet asegura que ya tiene un programa para hacer la transición para los remontes suizos (Bartholet), austriacos (Doppelmayr), italianos  (Leitner) y franceses (Poma) que hay instalados en Rusia. Asegura también que no hay que esperar al verano, que el cambio se hace durante tres meses y no hay necesidad de parar las operaciones. Este invierno actualizaron a software nacional 8 remontes de Rosa Khutor y Bolshoy Vudyavr. 

 

 

¿Quién es «Ruslet»?

La empresa, anteriormente conocida como RT-Bartholet, fue creada en noviembre de 2020 por Rostec (60%) y el fabricante suizo de teleféricos Bartholet (40%). Juntos pretendían crear el tercer mayor fabricante de  remontes del mundo. 

En 2022 la participación de Rostec en la empresa fue comprada por Sergei Bachin uno de los impulsores en el desarrollo de Rosa Khutor. Actualmente es propietario de la productora de alimentos orgánicos AgriVolga y del grupo Vasta Discovery (que está desarrollando varios complejos turísticos en Rusia y donde está incluido Ruslet.

También en septiembre de 2024, la estructura de Bachin compró otra empresa de remontes ruso-francesa: Cable Cars National (NCC) con participación de Poma. Ahora forma parte del ecosistema Ruslet, que también incluye una empresa especializada en el desarrollo y automatización de software doméstico para teleféricos (Ruslet Automation).

Ruslet, junto con Bartholet, construyó remontes en Vorobiovy Gory (Воробьёвы горы – Colina de los Gorriones), una pequeña estación dentro de un parque de Moscú muy enfcada al entrenamiento de clubs, y en la estación de esquí de Kirovsk. Otros proyectos suyos incluyen los remontes de las nuevas estaciones de esquí de Bolshoy Vudyavr, así como Mamison y Veduchi en Chechenia.

En 2024 firmó un acuerdo con la estación de esquí de la también nueva Arkhyz para el suministro de cinco aparatos entre telecabinas y telesillas hasta 2026. También para acabar el proyecto de ampliación de Elbrus – Cheget que comenzó Doppelmayr en 2022, y al mismo tiempo tratan de expandirse a países CEI como Kazajistán, Kirguistán o Uzbekistán donde también tienen varios proyectos para nuevas estaciones o modernización de infraestructuras.

Ruslet ya fabrica sus propios telesllas  y telecabinas, y es quién se está llevando casi todo el  mercado en Rusia 

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