25 enero, 2025


En la magia del beisbol mucho han tenido que ver los peloteros franquicia, esos que se casan con una divisa y, con el tiempo, dejan de ser novatos para convertirse en la voz de la experiencia, esos a los que les duele la camiseta y no abandonan el barco en ningún contexto. Pero entre más se moderniza el deporte, y toma protagonismo el negocio, se escriben menos historias de este tipo y se ratifica que nadie es realmente irremplazable.

Esta semana los Guardianes de Cleveland sorprendieron a su afición al pactar un cambio con los Azulejos de Toronto. El venezolano Andrés Giménez y Nick Sandlin fueron enviados a Toronto a cambio del infielder Spencer Horwitz y el jardinero Nick Mitchell. Pero eso solo fue el comienzo. Apenas unas horas después Cleveland envió a Horwitza a San Diego a cambio de tres lanzadores, dos de ellos zurdos.

Es decir, Guardianes entregó a Giménez, uno de los mejores infielders defensivos del beisbol, ganador del Guante de Oro en las últimas tres campañas y ganador de un Guante de Platino, por un pelotero que, palabras más palabras menos, les sirvió de moneda de cambio para reforzar su pitcheo, que fue el tercer mejor de la Grandes Ligas en 2024 con una efectividad de 3.61, solo por detrás de Bravos y Marineros.

Este movimiento le pone fin a una trayectoria de cuatro campañas, que inició en 2021 cuando el barquisimetano tenía apenas 22 años. Una historia que tuvo un comienzo rimbombante al desprenderse de otro cambio doloroso, aquel que llevó a Francisco Lindor a los Mets de Nueva York, pero que -poco a poco- se convirtió en una de las favoritas de la afición. Y que además parecía ser mucho más larga porque apenas en marzo de 2023 le dieron una extensión de contrato de siete años por 106.5 millones, que incluso tenía una opción del club para 2030.

La noticia tomó por sorpresa a más de uno, pero dejó un gran sinsabor en la afición de Guardianes, que no dudó en recurrir a las redes sociales para manifestar su descontento. “Perdimos a un líder”, “devastado”, “arruinaron el año”, “esto no tiene ningún sentido” y “es dificil ser fanático de ustedes”, fueron algunos de los primeros comentarios. Andrés, en tanto, se limitó a agradecer por el tiempo compartido y, por supuesto, le aseguró a la afición de Cleveland que siempre tendrán un lugar en su corazón.

Y es que aunque grande sea el sinsabor, al criollo solo le queda una cosa por hacer, pasar la página y concentrarse en su nuevo equipo, unos Azulejos urgidos de cambios que los ayuden justamente a reponerse al 2024, en el que tuvieron la peor actuación de los últimos cinco años. Su gerente general, Ross Atkins, no tardó en pronunciarse, asegurando que el venezolano pasa a ser unos activos más preciados del equipo porque si, la defensa gana juegos y la de Andrés Giménez está muy por encima del nivel. Quizás ahí si lo respalden como merece.

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Fuente: Líder en Deportes