Quiero avanza más en Grand Slams y ser Nº1
🎾 Diana Shnaider vs Suzan Lamens
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Si no fuera por Jasmine Paolini y Emma Navarro, nadie dudaría que el premio a la jugadora con mayor evolución de este 2024 ha sido Diana Shnaider. Empezó el curso sin títulos individuales y fuera del top90 mundial; lo terminará dentro del top15 y con trofeos en las tres superficies. Lo dicho, un salto de altura como pocas veces se había visto. Esta semana la tenemos en el WTA 250 de Hong Kong, su última parada de un calendario que le ha catapultado a la élite. Desde allí, antes de afrontar su duelo de cuartos de final, la rusa habló con WTA para desgranar los secretos de su polivalencia.
“Hice muchas actividades cuando era joven, hasta que me mudé a Moscú para entrenar y empezar a jugar torneos, en ese momento tendría alrededor de 8 años”, recuerda la tenista de 20 años sobre sus inicios. “Mis padres querían que estuviera sana, que probara cosas diferentes, hasta que encontrara algo que realmente funcionara para mí. Desde los 4 años estuve apuntada a baile clásico, ajedrez o piano, además del tenis… pero el tenis fue lo que más disfruté, incluso en los años de mi infancia, aunque no tuve un entrenador hasta los 14-15 años, en esa etapa utilicé el boxeo para mantenerme en forma”, recuerda con nostalgia.
“Creo que esa variedad en mi juego es lo que puedo aportar en las diferentes superficies. Cada lugar tienes sus propias ventajas y desventajas, lo que hace falta es aprender a obtener las ventajas. Esta temporada, de hecho, mis resultados no siempre fueron positivos, fui progresando lentamente, jugando poco a poco partidos ante las mejores y avanzando en torneos grandes. Cada jugadora necesita su tiempo, yo en 2023 perdí mucho por compaginarlo con los estudios, así que necesité de un tiempo extra para adaptarme al circuito”, sostiene la actual #14 del ranking femenino.
Siendo uno de los crecimientos más sonoros del año, Shnaider no duda en catalogar su temporada con sobresaliente, consciente de todas las nuevas experiencias vividas dentro de la pista y quedándose con tres momentos especiales sobre los demás. “Siento que la temporada ha sido genial, hay mucho que destacar. Por ejemplo, estoy muy orgullosa de mi semana en Bad Homburg, no pensaba que pudiera ser tan buena en césped, lo cual fue sorprendente. Aquel fue un gran torneo donde gané a grandes rivales. Me quedo también con mi segunda semana en el US Open, feliz de haber conseguido ese logro tan pronto. Por supuesto, llegar a los Juegos Olímpicos era un gran objetivo, una gran oportunidad, traer una medalla a casa fue algo increíble”, resume con una sonrisa.
AMBICIOSA DE CARA A 2025
A falta de lo que suceda en Hong Kong, donde la rusa parte como la cabeza de serie más alta, Diana no esconde cuáles son sus metas de cara a 2025. “Sé que puedo hacerlo mejor, pero necesitaré de un tiempo para asimilar dónde estoy ahora, ver que soy capaz de mantenerme aquí, que mi tenis pertenece al top15. Este año fue una locura, ha sido todo muy rápido, pero sé que el siguiente será muy difícil, así que tengo que trabajar para ello. Es imprescindible despejar tu mente, centrarte en ti misma y tomar las decisiones correctas. En eso estoy trabajando, soy dura conmigo misma, hay muchas cosas en las que todavía puedo ser mejor”, apunta con esa exigencia que tienen todas las grandes.
Por si todavía quieren más, me he guardado la mejor frase para el final, la afirmación que permite ver hasta dónde quiere llegar esta mujer que a día de hoy no se pone límites. “Tengo ganas de llegar lejos en los Grand Slams y de ser Nº1 del mundo, aunque mi objetivo principal es encontrar mi propio juego, uno que me ayude a tener confianza en cada superficie, que me haga disfrutar cuando compita. Quiero mantenerme consistente durante todo el año”, asegura la pupila de Igor Andreev.