El telecabina que unirá Astún y Candanchú se ha convertido en un disparate
Según el pliego de condiciones para la licitación de las obras del telecabina Astún-Candanchú al que ha tenido acceso El Heraldo de Aragón, y tal como adelantó hace unos días la Mancomunidad del Valle de Aragón (impulsora del proyecto) se ha dejado fuera la compra de la gran mayoría de las cabinas y del hangar para guardarlas.
Es decir, que con los 35 millones presupuestados para ejecutar las obras que permita inaugurar el remonte en invierno de 2026 solo se comprarán 24 cabinas de las 96 que se tenían previstas.
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Menos capacidad que una cinta de debutantes
De esta manera, teniendo en cuenta que el recorrido es de 3,6 kilómetros, habrá una cabina cada 300 metros aproximadamente. O lo que es lo mismo, que cada cabina tardará 1 minuto en salir de la terminal de salida. Un tiempo que puede parecer poco, pero que es una eternidad cuando tienes a cientos de personas esperando a primera hora de la mañana para hacer el viaje.
Y de hecho las 24 cabinas dan para una capacidad de tan solo 600 personas a la hora. Un telesquí o una cinta de debutantes puede mover el doble de gente en ese mismo periodo de tiempo. Y así estará ese remonte durante cuatro años.
Si no hay retrasos, cambios de Gobierno o razones que lo impida, en 2030 se montarán 24 cabinas más, lo que permitirá doblar la capacidad a 1.200 pers./ hora. Todavía por debajo de remontes más sencillos como un telesquí o una cinta de debutantes.
Para ver ese telecabina Astún-Candanchú en todo su esplendor deberemos esperar como mínimo a 2035. De nuevo siempre y cuando los políticos que en ese momento estén en el Gobierno de Aragón cumplan con el plan previsto y no haya habido algún retraso, algo prácticamente imposible.
El coste se ha doblado… de momento
Una programación que esconde otro problema. Y es que el coste se ha disparado enormemente. De aquellos 22 millones de euros iniciales que se decía que iba a costar de los que casi la mitad iban a llegar vía Fondos Europeos Next Generation, ahora, tal como publica hoy El Heraldo de Aragón, de la licitación se puede deducir que se va a pasar a 45 millones de euros… a precio de 2024.
Y es que las otras 72 cabinas se tendrán que ir comprando más adelante, con sus correspondientes incrementos de costes por inflación, alguna guerra o crisis energética de agún tipo. De 2024 a 2035 todavía pueden pasar muchas cosas como estamos viendo estos últimos años.
A las cabinas habrá que sumar en algún momento el hangar para guardarlas, ya que de lo contrario deberán dormir a la intemperie todo el año, con lo que significa eso en el mantenimiento para unas instalaciones que deben sufrir la meteorología de la alta montaña.
Fuentes oficiales de la DGA han asegurado a El Heraldo de Aragón que ese desfase millonario es debido a la modificación del proyecto, la revisión de precios y, fundamentalmente, a que el cálculo se hizo mal, ya que solo se contó la ejecución material, sin sumar los gastos generales, el beneficio industrial y el IVA de cualquier actuación. Sin todos estos gastos, la factura de 44,8 millones se reduciría a 31,1 millones, según el presupuesto estimado por la ingeniería Idom.
Licitación en un plazo récord
Por si todo este cúmulo de errores y sinsentidos no fuera suficiente, el plazo de licitación se ha tenido que reducir a solo 20 días. Es el plazo que tendrán las empresas candidatas para presentar sus ofertas. Seguramente todas ellas ya hayan adelantado parte de sus deberes estos meses, por lo que no debería haber ningún problema por esta parte.
La celeridad en los plazos se debe a que se quiere licitar la ejecución antes del final de año y no perder de esta manera los 10 millones de los Fondos Europeos. Un dinero que visto el alcance que está teniendo este remonte, empieza a tener cierta irrelevancia.