“Llegará, estamos convencidos”. Toyota insiste en que el coche de hidrógeno puede ser el futuro, pero primero tiene que triunfar en los camiones
Toyota es uno de los fabricantes que más tiempo lleva apostando por el hidrógeno, de hecho, su Mirai de pila de combustible está a la venta desde hace años y ya va por su segunda generación, aunque las ventas de este modelo sean testimoniales y algunos de sus propietarios no estén contentos.
Aun así, la marca japonesa insiste en que este tipo de energía es una buena opción de cara al futuro y el transporte pesado puede ser crucial para que el hidrógeno se popularice, siempre que se invierta en infraestructura.
“Necesitamos desarrollar la infraestructura y el producto al mismo tiempo”
A pesar de que actualmente no funciona y, posiblemente, no lo hará nunca, hay marcas que están invirtiendo millonadas para que el coche de hidrógeno sea una solución real. Toyota es una de esas marcas, quizá, la que más años lleva apostando por el hidrógeno y la que más fuerte lo está haciendo.
El problema es que, pasa el tiempo, y el hidrógeno sigue sin convertirse en una solución real, pero también es cierto que, (muy) poco a poco, esta tecnología está evolucionando con el objetivo de acabar siendo una alternativa a los coches de combustión y, sobre todo, a los coches eléctricos de batería.
A lo largo de los últimos años, el hidrógeno también está ganando protagonismo en el sector del transporte pesado, de hecho, ya hay camiones de hidrógeno circulando por las carreteras de todo el mundo e incluso están surgiendo startups dedicadas a desarrollar este tipo de vehículos.
Pues bien, puede que la clave para que el hidrógeno acabe utilizándose a gran escala en el sector del automóvil esté en el transporte pesado. Es lo que piensa Thiebault Paquet, jefe de hidrógeno de Toyota en Europa, que ha hablado de esta cuestión en el medio británico Autocar.
“Para el transporte pesado necesitaremos otras soluciones, además de los vehículos eléctricos a batería, y el hidrógeno podría ser la solución adecuada”, ha dicho Paquet.
No es una idea nueva, es más, hace tiempo que Toyota unió fuerzas con grandes fabricantes de camiones, como Kenworth en Estados Unidos y VDL en Europa, para desarrollar sistemas de pila de combustible. Desde hace tiempo, los autobuses de hidrógeno de Toyota y CaetanoBus también circulan por muchas ciudades europeas y pronto lo harán por Madrid.
“La industria pesada hará que el hidrógeno pase a ser una tecnología de gran volumen y eso puede contribuir a su utilización en otras aplicaciones, como vehículos comerciales y automóviles de pasajeros”, ha comentado Paquet. “Las empresas que desarrollan hidrógeno no distinguen entre hidrógeno para el transporte e hidrógeno para la industria. Así que el hidrógeno llegará, estamos convencidos”.
Eso sí, el máximo responsable de la división europea de hidrógeno de Toyota asegura que, además de mejorar el producto, es crucial desarrollar la infraestructura: “Necesitamos desarrollar la infraestructura y el producto al mismo tiempo, y eso es algo que ya está en marcha. Lo que tenemos que evitar, y lo que tal vez hicimos mal en el pasado, es no tener en cuenta la oferta y la demanda. Aprendimos de eso y creo que podemos reconstruir la historia”.
En este sentido, en teoría, deberían ponerse en marcha muchas hidrogeneras en Europa a lo largo de los próximos años. El año pasado y, como parte del paquete legislativo “Fit for 55”, Bruselas se comprometió a instalar puntos de recarga para coches eléctricos cada 60 km y de estaciones de hidrógeno cada 200 km.
Por otro lado, Paquet ha hablado sobre la producción de hidrógeno, una de las cuestiones que más críticas recibe cuando se habla de popularizar el uso del hidrógeno porque generar hidrógeno verde es más caro y tiene más impacto medioambiental que producir electricidad.
Hoy por hoy, sencillamente es necesaria más energía de la que se obtiene para producir este tipo de hidrógeno limpio, que es el que se necesita para que un vehículo pueda considerarse neutro emisiones. Y aumentar la producción del hidrógeno que se utiliza actualmente, generado vía el reformado de gas metano, no es viable a nivel medioambiental.
Aun así, Paquet ha dicho que «En Europa, siempre tendremos que importar hidrógeno, pero hay regiones en el mundo que pueden generar hidrógeno verde y renovable en abundancia, y podemos transportarlo fácilmente a zonas que no pueden autoabastecerse por completo».