29 marzo, 2024

“HE PADECIDO MUCHAS DIFICULTADES PARA PRACTICAR ATLETISMO EN MI CARRERA” – Historias de los Juegos

Miltiadis (Miltos para el público griego) Tentoglou es casi un dios en su país. Sin duda es una de las personas más populares y queridas y no sólo porque haya proporcionado el ansiado oro en unos Juegos Olímpicos en un país que, pese a ser la cuna de ellos, carece de medallas en general y de ese precioso metal en particular, sino por su personalidad. Él mismo nos reconoce, en esta entrevista en exclusiva para Historias de los Juegos, que se siente querido: “Me recibieron muy bien a mi vuelta a Grecia después de mi oro en Tokio 2020 en salto de longitud. Yo soy una persona sencilla, no hago otra cosa aparte de mi trabajo, el atletismo, y la gente me quiere por eso y porque me siento querido intento conseguir medallas para mi país. Fue un orgullo personal y para los griegos en general [conseguir el oro], ya que mi país, por lo general, no obtiene muchas medallas olímpicas, cada medalla cobra una especial importancia. En esta ocasión, en Tokio 2020, obtuvimos dos oros, una plata y un bronce, por eso es tan importante cada medalla para Grecia. Espero que ganemos más en un futuro”.

Como suele ocurrir en los países con un puñado de campeones que se convierten ipso facto en héroes locales y nacionales su triunfo ha contribuido a la expansión de su deporte -y, en concreto, de su modalidad, el salto de longitud- en su país: “Después de mi medalla de oro he comprobado que muchos niños griegos empezaron a practicar atletismo y a dedicarse particularmente al salto de longitud. Me alegro mucho por ello. El estadio de mi ciudad natal el estadio se llenó con 200 niños. Espero que esto continúe”. Ese preciado oro en Tokio 2020 podrá quizás mejorar la situación de los nuevos practicantes de atletismo en Grecia y que no pasen las dificultades que él mismo sufrió en sus comienzos: “En mi carrera he tenido muchas dificultades para practicar el atletismo, especialmente en la ciudad en la que me crie. No teníamos ningún estadio; lo hicieron después y ahora lleva mi nombre. Después me fui a la capital a entrenar, a Atenas y mejoré las condiciones”. Dificultades derivadas de una precaria infraestructura deportiva que, por desgracia, sigue padeciendo el país heleno, como nos cuenta el campeón con amargura: “En el deporte griego tienen que cambiar muchas cosas para que mejoremos el nivel. Pienso que la sociedad no tiene mucho interés en el deporte porque, por ejemplo, no tenemos buenas instalaciones. No tenemos ni un estadio cubierto para el atletismo en pista cubierta. Tenemos solo uno que está hecho de madera y que es una instalación muy vieja y en muy mal estado. Yo entreno en el estadio olímpico cubierto muy pequeño y no tiene siquiera calefacción, los baños pierden agua… Está en un estado lamentable. Creo que todo esto influye. Tienen que tener más cuidado en mantener instalaciones, también para que los niños practiquen. No digo que nos den mucho dinero, sino algo de ayuda, con eso se ayuda mucho”.

Tentoglou preparó muy bien los Juegos de Tokio y considera fundamental la preparación que llevó a cabo allí días antes: “A Tokio fuimos 20 días antes y pasamos la cuarentena en una ciudad cerca de Tokio. Sólo podíamos ir del hotel al estadio para entrenar y nada más; era aburrido, pero pudimos ambientarnos y hacer buenos entrenamientos”. Ya en la competición se sintió bien, pese al pequeño contratiempo que le supuso tener que saltar primero en la final: “En Tokio lo estaba haciendo bien antes de la final. En la final saltaba el primero, lo que no me gustó. Antes del último salto era cuarto. Simplemente pensaba en conseguir medalla. Salté lo mejor que pude y gané el oro. No es que esperase antes de los Juegos ganar el oro, pero sí llevarme alguna medalla. Que lo consiguiera no fue solo importante para mí, sino también para mi país”. De hecho, protagonizó una de las finales más emocionantes al arrebatar el primer puesto en el último salto al hasta entonces líder, el cubano Echevarría. Pese a empatar en la marca final (8,41m) le ganó por tener un mejor segundo salto.

Foto de Jean Catuffe/Getty Images

Se le exigirá ahora más al nacido en Grevená en los Juegos de París 2024, pero más se exigirá él mismo: “Sobre los Juegos de París no quiero aún pensar en medallas, aunque espero conseguir alguna. Si no es así es que habré hecho algo mal, pero estas temporadas me veo bien”. Hasta ahora le marchan bien las cosas: “De momento soy el mejor del mundo, pero esto puede cambiar en cualquier momento. Siempre intento estar entre los mejores del mundo”. Y no es sólo el oro de Tokio el que brilla en su palmarés, sino mismamente la plata del Mundial de 2022 o el oro del Mundial en pista cubierta ese mismo año, además de otras medallas del metal más preciado a nivel continental: “Me gusta competir en las mejores competiciones internacionales”.

El heleno comparte con el británico Greg Rutherford un honor: ser los dos únicos saltadores en ser campeones olímpicos, mundiales y europeos. Miltiadis nos habla de su otrora rival: “Greg Rutherford es para mí uno de los mejores saltadores de toda la historia. Tuve la suerte de poder llegar a competir junto a él”.

París seguramente volverá a ver “volar” a este griego que empezó casi por accidente en el salto de longitud, tras probar el parkour (modalidad gimnástica ella en la que tiene importancia fundamental la capacidad de salto). Nos contaba Tentoglou que es una persona sencilla. Un simple gesto suyo nos demuestra además su carácter generoso, pues donó sus zapatillas para ser subastadas en favor de los niños de Turquía y Siria afectados por los terremotos nada más producidos éstos. Héroe nacional, súper campeón de su deporte. Ya ha alcanzado la cima, pero tiene cuerda para mucho más.



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