19 marzo, 2024

Hacienda Santa Teresa y Proyecto Alcatraz: ¡Rugby, vida y libertad!

La Hacienda Santa Teresa (empresa de capital venezolano presidida por Alberto Vollmer), gracias a sus programas Proyecto Alcatraz y Rugby Penitenciario, se ha dedicado a cambiarle la vida a muchos jóvenes a través de los valores de este deporte. Un ejemplo claro de este éxito es Israel Armas Toro.

Israel fue apresado en 2010 y deambuló por hasta tres penitenciarías hasta que llegó a él la oportunidad de unirse al Proyecto Alcatraz gracias la invitación de un entrenador del programa. Lo que vino después fue el descubrimiento de nuevos valores, bondades, pasiones y hasta dolores. Un cambio de vida y de actitud total. Nuevas energías. El joven reo pronto aprendió que la unión es más poderosa que la individualidad y que la armonía vale más que la hostilidad.

La Hacienda Santa Teresa, consciente de esta evolución de uno de sus beneficiados por el Rugby Penitenciario, dio fe de la situación ante la juez del caso, la cual procedió primero a cambiar la pena de prisión por otra de confinamiento y, luego, a otorgarle la libertad total a Armas Toro en octubre de 2017.

Libertad ganada gracias al rugby y a la completa disposición de un hombre a ser mejor y superarse a sí mismo a causa de los valores aprendidos. “Me fui de la prisión, pero el rugby y mis amigos se quedaron conmigo”, ha dicho Israel quien, a pesar de ser un hombre libre, pudo disputar los torneos penitenciarios en la Hacienda Santa Teresa…

¡La Hacienda Santa Teresa! Una institución que, gracias al apoyo de su presidente Alberto Vollmer, ha sido capaz de desarrollar una gran iniciativa como el Proyecto Alcatraz, programa que nació en 2003 con el objetivo de reinsertar laboral y socialmente a jóvenes miembros de bandas delictivas del sector El Consejo, estado Aragua, y que luego, en 2013, comenzó a aplicar el llamado Rugby Penitenciario, el cual ha beneficiado a casi 300 reos de ocho recintos penitenciarios del país, siempre enseñándoles a descubrir valores como el respeto y la amistad con la práctica de este deporte.

Esos valores, como explica Armas Toro, cambian a la gente para bien y merecen ser masificados. “Soy otro Israel, y quiero prepararme para ser entrenador de rugby. Quiero hacer con otros lo que el Proyecto Alcatraz hizo por mí. El rugby me dio la libertad. Y la libertad es hermosa”, sentencia.