25 abril, 2024

«La Mano de Dios» cumple 30 años

Argentina, tras estas dos jugadas, fue avanzando de rondas hasta ganar el Mundial de 1986.

Tal día como hoy, hace 30 años, Argentina e Inglaterra protagonizaron uno de los partidos más recordados por todos los fans del futbol mundial. Muchos, incluido este escritor, carecíamos del uso de razón cuando esto ocurrió. Pero cada vez que se ve este gol de Maradona, genera una controversia sin igual. Era el mundial de México 1986.

La historia entre estas oncenas iba más allá de lo deportivo: La Guerra de las Malvinas era un recuerdo reciente y ante la derrota argentina muchos en ese partido se lo tomaron como la oportunidad de una revancha. Lo que no sospechaba nadie en el Estadio Azteca era la magnitud del hecho, mucho menos el ejecutante.

En el minuto 51  de ese choque, Diego Armando Maradona pasó el esférico al estelar delantero Jorge Valdano, cuando este intento levantarla Steve Hodge pero su patada terminó enviando el balón hacia su portero, Peter Shilton (pedazo de portero) justo en el mismo momento en que Maradona iba por la pelota. El 10 argentino y Shilton saltaron y «El Pelusa» en un toque de picardía metió su mano izquierda desviando la pelota lo suficiente para que terminara en el fondo de la red.

mano de dios

Ali Bennaceur, árbitro del partido, consultó con sus asistentes y validó uno de los goles más polémicos de la historia. Al acabar el partido, periodistas le preguntaron si había metido la mano el crack argentino dijo: “Si, pero con la mano de Dios. De esa forma quedó inmortalizado y quedó como preámbulo perfecto para una verdadera obra de arte.

Al minuto 55, todo el revuelo iba a quedar en aplausos y asombro de los espectadores. Maradona toma la pelota en su propio campo, se saca de encima, como conos, a seis jugadores ingleses: Hoddle, Reid, Sansom, Butcher, Fenwick y el portero Shilton, que volvía a salir en la foto junto a Maradona. El gol del siglo era el 2-0, y quedaba demostrado que el deporte rey, es aquel que logra que una persona dentro de una cancha sienta, padezca, llore y sufra de la misma forma que en cualquier situación que la vida presente.